hay que ser espabilao para no tropezar dos veces con la misma piedra. Para no tropezar ni la primera, hay que ser Profeta. Y profetas no hay muchos, aunque este tiene pinta Abrazoo
Muy cierto: la tardanza en una lección, si nos llega más o menos a tiempo, es medicamento seguro de consumir. Si nos llega tarde, es el mismo medicamento pero caducado: a consumir bajo la responsabilidad de cada quien. Entre malestares, más de algo podemos rescatar. Va un abrazo, Guillermo.
Es un dram, que se aprenda tarde de qué iba la vida.
ResponderBorrarUn abrazo grande, amigo
Me haces recordar las canción: Sabia virtud, de conocer el tiempo...'
ResponderBorrarUn fuerte abrazo.
Suele pasar que los conocimientos llegan tarde, cuando ya no sirve.
ResponderBorrarY que se llegue a esas lecciones porque algo salió muy, muy mal.
Saludos.
Pero nunca es tarde para aprender.
ResponderBorrarBesos
El peligro, el error, la oportunidad, el fracaso...
ResponderBorrarSaludos,
J.
hay que ser espabilao para no tropezar dos veces con la misma piedra.
ResponderBorrarPara no tropezar ni la primera, hay que ser Profeta. Y profetas no hay muchos, aunque este tiene pinta
Abrazoo
Muy cierto: la tardanza en una lección, si nos llega más o menos a tiempo, es medicamento seguro de consumir. Si nos llega tarde, es el mismo medicamento pero caducado: a consumir bajo la responsabilidad de cada quien. Entre malestares, más de algo podemos rescatar. Va un abrazo, Guillermo.
ResponderBorrarY faltó agregar mi felicitación, compañero letras: Una línea, una sentencia que cala.
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