miércoles, 23 de junio de 2021

Cosas de la vida

 


Todos en Guacarí sabían que él estaba enfermo. Incluso, todos estaban enterados que se iba a caer. Pero sólo empezaron a llorar la tarde de aquel domingo, cuando el tronco crujió y se empezó a partir en dos. El samán se erigía al cielo con sus ramas robustas cargadas de hojas de diferentes tonalidades verdes, ramas sobre ramas que bordaban un follaje que cubría todo el derredor del parque. El árbol fue amarrado con lianas de acero, pero cada golpe del minutero fracturaba más la abertura. Fue cuando empezó el pánico y cayó pesado sobre la tierra que del sol protegió. Tan solo se declaró su muerte como cosas de la vida. Tras exhaustivas investigaciones, se dijo que la raíz del gigante ocasionó aquella tragedia cuando se cruzó con el ineludible progreso apadrinado por los políticos que abundan como polillas alrededor de una lámpara.

miércoles, 16 de junio de 2021

Explicación no solicitada



Desde el
 pasado 28 abril cuando comenzó una ola de protestas en mi país contra un proyecto de reforma tributaria posteriormente retirado por el Gobierno, pese a lo cual las manifestaciones continúan en las calles exigiendo el cese de la brutalidad policial e injusticias sociales y la reivindicación de los derechos consagrados en la Constitución. Mi ciudad no fue la excepción en el asedio militar.

Pero el "Paro no ha parado", sigue no solo en las calles, también en las redes sociales y en los medios digitales en general. y pese a que todo está prohibido, nuestros jóvenes colombianos, "los ninis", los que no tienen nada, ni estudio, ni empleo ni hacen nada permanecen allí en su primera línea porque no tienen nada que perder, solo la vida.

Por estas y otras razones, tomé la decisión de no publicar nada en esta bitácora hasta no ver un atisbo de esperanza en la línea del tiempo o de la incertidumbre. El mundo sabrá en que quedamos. 

Así que aquí estoy de nuevo; yo con yo o con ustedes amables lectores. Gracias.

Les dejo con:

Los halcones negros

 

Los helicópteros artillados pasaron horas antes del irrebatible accionar ciudadano. Vieron desde lo alto el horizonte de los marchantes y sobrevolaron amenazantes sobre el ánimo más alegre y decidido de aquel cinco de mayo sobre el Puente de la Resistencia. Por el sonido bimotor y su característico rotor de cuatro palas de aquellas naves, fue evidente su engañoso volar sobre el más heroico grupo de civiles desarmados. Cuando la atemorizadora escuadra de navíos equipados con sus probadas ametralladoras apuntó a la multitud sosegada, los inquebrantables halcones fueron atravesados por un fulminante obús: la contundente voz del pueblo.