domingo, 27 de noviembre de 2022

Yahoo



Sentado alrededor del fuego cavernícola, un hombre ordena siete palabras enigmáticas. Sin poderse contener las dice a gritos. En el centro de un círculo permanecen tendidos en la tierra, los hechiceros. Al escuchar al energúmeno gritar, se sobrecogen y se apartan de él por causa de una fuerte impresión. Todos sienten que les ha tocado el espíritu. Por atreverse a tanto, ya no lo consideran un hombre, sino un dios al que cualquiera puede matarlo.

sábado, 19 de noviembre de 2022

Lectores



En una línea del tiempo, San Ambrosio aprendió a leer en silencio; Diderot, se convenció de las propiedades terapéuticas de las novelas eróticas; Borges, con quienes estuvieran cerca a él. En cambio, Stevenson se negó a aprender a leer para no privarse del placer de escuchar a su niñera. Ante tantos lectores y experiencias, Chesterton concluyó que lo más extraño de los milagros es que ocurren.


sábado, 12 de noviembre de 2022

Un beso sideral


El cabello torrencial y negro, era el rasgo más terrestre de Zaniah. Crux tenía algo vegetal, era igual de longilíneo que un árbol, de mirada subterránea capaz de esconder a la muerte, pero renacía cuando ella lo veía. A ambos los unía la curiosidad que solo dos niños tienen al abrir cajones antiguos; esa era la forma de encontrarse sus dos mundos.

Cuando Zaniah intentaba ser humana desplegaba todos sus rubores sexuales, entonces las palabras se volvían más visibles en su epidermis. Sin embargo, se le dificultaba la ternura cuando quería besarlo. Era evidente que su especie había perdido la noción del beso. Zaniah le pidió el aprendizaje de ese placer. Crux, emocionado de poder ser útil a una habitante sideral, la besó. Ninguna palabra afloró, aquellos suaves movimientos del labio inferior la instruían. Sin poderlo evitar, la lengua del humano se extendió para acariciar la lengua de ella, fue cuando aquel ser desapareció dejando miles de puntos luminosos. ​​

 

domingo, 6 de noviembre de 2022

Circuitos

 


Emma pasa largas horas en el improvisado taller al fondo de la casa recién arrendada. Nadie la debe molestar en la instalación de sus luces navideñas. Su esposo e hijos tan solo se miran en un intento por comprender el abandono de ciertas obligaciones suyas. La incansable mujer pasa noches enteras sin pestañear con tal de asegurarse del funcionamiento de las inacabables luminarias decembrinas. También de encontrarle sentido a lo que escuchó en el Museo Departamental de Ciencias: La electricidad no se puede definir, pero debe entenderse como una especie de corriente interna en todo ser humano voluntarioso.