viernes, 24 de mayo de 2019

La mujer barbuda


Cuando era un niño vi en el circo que llegó al barrio a una mujer barbuda que se llevaba varios ratones a la boca. Los sostenía por un buen rato, con la cola moviéndose entre sus cerrados labios, mientras caminaba frente al público con los ojos bien abiertos como si estuviera en un desfile de modas. Siempre recuerdo a esa mujer cuando me traen aquí al parque de los locos, porque ser cuerdo es considerado una locura.

viernes, 17 de mayo de 2019

Cicerone




Tiene como rasgo intrínseco ser intérprete de lo visible y lo invisible en sus distintas fases y profundidades de acuerdo al momento y la inclinación con que observa al sujeto consultante. Por consiguiente, todas sus interpretaciones nacen desde sus perspectivas condicionadas, limitadas y falibles porque en definitiva, es un simple mortal.

sábado, 11 de mayo de 2019

Cuestión de piel




Lo primero que debe hacer es identificar qué tipo de piel le gusta, para eso, debe conocer los diferentes tipos de familias: La cítrica, que tienen un mayor porcentaje de componentes como la mandarina; la herbal, con aromas a hojas, tallos o árboles; la oriental, a base de especias como la vainilla y la canela; la frutal, con toques dulces pero refrescantes y la maderada, que tienen notas de maderamen, musgo e incienso.

El segundo paso es catar el perfume de la piel elegida. Esto es fundamental porque su grado de acidez puede variar el aroma final.

Y el tercero y último paso es poner a consideración de alguien especial la piel que se puso a la hora de desnudarse.

domingo, 5 de mayo de 2019

Gente de pocas palabras


Nunca pensó Faustino, de voz sórdida y sobresaliente papada, que aquella tarde de domingo llegara a tropezar a la vuelta del parque, engalanado con música de viento de papayeras, con una mujer venida de no sé dónde.

Ninguno de los dos reparó en el otro, a pesar de la cercanía que los alejaba. Sus miradas se encendieron, pero ninguno pudo hacer nada. Permanecieron así, mirándose tal vez buscando alguna señal de humanismo en sus caras.

Pasaron los mirones, de voces arrastradas o de rezo echado al viento. Sin saber qué hacer con sus manos vacías, dejaron que ellas hablaran para romper por algún lado con aquel absurdo encuentro sin un sonido, sin ninguna exclamación que les permitiera encaminarse a cada uno por su lado.

Solo un beso prolongado en el tiempo, hizo que por fin sus dedos se entrelazaran.

(Sobre un poema de mi amigo Alfred)