sábado, 18 de junio de 2022

Las blanquitas esas


Isidora se sentó en la destartalada silla que se hundió bajo el peso de su nalgatorio. La ofuscación de la mujer parecía llenar la rancia habitación matrimonial.

¿Me vas a decir chispearon sus negros ojos que no sabes nada de las blancas esas con que saliste al jolgorio?

El hombre, con cara de perplejidad, solo balbuceó, no comprendía el enojo de su mujer. Se rascó la cabeza de apretados rizos, al tiempo que le clavaba en vano una mirada de extrañeza.

¿De verdad no sabes? cada sílaba temblaba de rabia entre sus carnosos labios del mismo color del caimo plantado detrás del rancho. ¿Me vas a decir que después del corrinche, no sabes dónde las ocultaste?

Pero, mujer, eso ya te lo dije, ya.

Petronio, si me lo hubieras dicho, no te estaría preguntando.

Mujer, dejá la calentura conmigo. Solo tienes que recordar que las medias blancas las dejé en el almario.

7 comentarios:

  1. La que se puede liar por cualquier tontería.

    Un saludo.

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  2. Parece banal, peor no sabemos qué conllevará

    Un abrazo, amigo, y feliz cumpleaños

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  3. Si es una salida por la tangente, y hay mas blaquitas que las medias, me temo que no va a tener una tregua demasiado ñarga.
    Saludoss gullrmo

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    1. Las dudas resultan ser una sombra que toma una nueva forma y crece otra vez cuando no se dialoga. Saludos.

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  4. Buen uso de la polisemia, de la variedad de significados que puede tener una palabra.
    Saludos.

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