—Usted sí lo avergüenza a una.
—¿Por qué vergüenza?
Porque me dio, delante de todos, un caramelo y una moneda de doscientos pesos. Como si la necesidad se endulzara.
El bus frenó. Un hombre se desplomó. Yo sabía que lo dulce podía ayudarlo. Pero me quedé quieta, con el puño cerrado.
La vergüenza no fue lo que usted hizo. Fue lo que yo no hice.

¡caramelos con azúcar!
ResponderBorrarYa hay alguien para fusilar al amanecer.
Abrazooo
¿? Saludos.
ResponderBorrarEs q en España , casi todos los caramelos q se venden son sin azúcar , por eso el comentario d Gabilante ( imagino )
BorrarMe resulta absolutamente admirable lo q eres capaz de contar en tan pocas letras. Tienes un enorme don. Mucho más visto desde alguien como yo, q para decir hola! necesito mil palabras ; ) Preciosa la manera de dibujar imágenes mentales , y muy inteligente tu manera de crear el nudo y el desenlaces... Siendo diabético , casi tenía más valor el caramelo q le regaló, q los 200 pesos y ella, además de suspicaz , inhumana ; ) Un abrazo !
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