viernes, 30 de julio de 2021

Campanas

                                       


Las campanas de las iglesias hemos sido la destilación rápida de los sucesos producidos en una comunidad. Un campanario somos varias campanas, cada una con su tono y timbre característico. Por eso, por la forma de tocarnos, la gente se prepara para gemir o para suspirar. Lo cierto es que esos toques se logran con un ritmo diferente, con el sonido de una sola de nosotras o combinando nuestro toque con la resonancia de otras. Existe, por ejemplo, un toque advirtiendo el arribo sombrío de la muerte. Un toque muy rápido anuncia el inminente peligro y la necesidad de defenderse o de protegerse. Otro toque de campana puede anunciar un incendio, y así sucesivamente. El toque conocido como «vuelo de campana» consiste en tocar todas las campañas al mismo tiempo que se varía con los badajos sueltos, de modo que, volamos libres sin que nadie nos sujete o domine nuestros badajos al imprimirle ritmo. Este toque se utiliza para anunciar grandes victorias o acontecimientos de absoluto júbilo. Pero como en aquel pueblo nunca hubo un campanero que cumpliera la noble función de hacernos repicar, ese era un pueblo sin historia.  

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