Las campanas
de las iglesias hemos sido la destilación rápida de los sucesos producidos en
una comunidad. Un campanario somos varias campanas, cada una con su tono y
timbre característico. Por eso, por la forma de tocarnos, la gente se prepara para
gemir o para suspirar. Lo cierto es que esos toques se logran con un ritmo
diferente, con el sonido de una sola de nosotras o combinando nuestro toque con
la resonancia de otras. Existe, por ejemplo, un toque advirtiendo el arribo
sombrío de la muerte. Un toque muy rápido anuncia el inminente peligro y la
necesidad de defenderse o de protegerse. Otro toque de campana puede anunciar
un incendio, y así sucesivamente. El toque conocido como «vuelo de campana»
consiste en tocar todas las campañas al mismo tiempo que se varía con los
badajos sueltos, de modo que, volamos libres sin que nadie nos sujete o domine nuestros
badajos al imprimirle ritmo. Este toque se utiliza para anunciar grandes
victorias o acontecimientos de absoluto júbilo. Pero como en aquel pueblo nunca
hubo un campanero que cumpliera la noble función de hacernos repicar, ese era un
pueblo sin historia.
viernes, 30 de julio de 2021
Campanas
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Fabulous blog
ResponderBorrarQué original, que el narrador y protagonista sea una campana. Me encantan las campanas, de hecho tengo una colección de ellas :))
ResponderBorrarSAludos.
Your blog is amazing.
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