¡Mierda, qué
calor hace en este barrio! Son las cinco, ¿no? La puta tapia es más alta de lo
que parecía. ¡Uf! Adentro. La adrenalina me zumba en los oídos, la cerradura,
¡vamos, marica, no seas tan pendejo! ¡Listo! Silencio. Demasiado silencio. Me
sudan las manos. ¿Qué busco? ¿Plata? ¿Joyas? Todo lo que brilla. Unas tarjetas,
¡chévere! Dos relojes. ¡Ajá! Y unos billetes arrugados, como si los hubieran
tirado al piso.
Pero la
camisa... ¡esa camisa a rayas! La vi doblada y me llamó la atención. Y esos
pantalones de hilo... ¡perfectos para el calor! Me los pongo. Me quito esta
camiseta apestosa, y los tenis, ¡qué asco! Los dejo ahí, total, no voy a volver
por ellos. Me siento... ¡Uy! ¡Casi una estrella en el Paseo de la Fama! Debería
ponerme esto para ir al Vergel, allá justo al lado del río. Ja, ja, ja, yo aquí
en la gozadera total, mientras esos maricas están presentando las Pruebas de Estado.
El estudio.
¿Qué habrá aquí? La curiosidad me mata. Una computadora. Apagada. ¿Y si reviso
mi Face? A ver si alguien le dio «Me gusta» a la foto que subí ayer. ¡Mierda!
¡La sesión está abierta! ¡Es el Face de la nena! Ja, ja, ja, qué pendeja. ¿Pendeja?
Buena es que está. A esa preciosura soy capaz de asaltarle la cuna. Cierro
esa vaina. Abro la mía. ¡Ahí está! Un montón de comentarios, ¡Qué chimba!
Un
momento... ¿Esas son sirenas? ¡Catrehijueputa! ¡La policía! Me cago en todo.
¿Tan rápido? ¿Fue por mí? ¡Corre, marica, corre! Salgo con lo mío, la camisa a
rayas y los pantalones de hilo. Se me olvidó algo. ¿Qué fue? No importa, hay
que salir de aquí. Las sirenas se acercan. Espero que no hayan visto mi Face
abierto. Sería el colmo.
Jajaja.
ResponderBorrarLa fascinación por las redes sociales le jugó en contra. Y el tener muchos comentarios también lo distrajo.
Torpeza es una etiqueta adecuada para el relato.
Saludos.
Las redes son el engaño y el centro de todo lo que se hace. Salud-os.
ResponderBorrarHubo varios casos similares en Argentina, son tan graciosos como patéticos...
ResponderBorrarSaludos!
J.