viernes, 30 de abril de 2021

Poética

Sobre

el mismo silencio

 

El ruido metálico del lecho

nos impedía el sueño.

La semioscuridad no me brindaba ni amparo ni sosiego.

A mi cerebro no le bastaba anestesiar mi conciencia

para arrojarme al vacío después del acostumbrado delirio.

El éxtasis mutuo, el resplandor de nuestros cuerpos

y los dilatados jadeos en la cama habían cesado,

pero mis pupilas seguían errando

sin hacer caso omiso a los párpados

que, vencidos, estaban a punto de abrirse

como las ventanas de aquella casa donde me había llevado.

En silencio ella se bebía las palabras con el mismo reposo

con que nos reconocíamos.

Había algo mejor en nosotros que el amor:

nuestra complicidad.

  

4 comentarios:

  1. Una buena complicidad, allana el camino, incluso en ese complicado del amor.

    Saludos.

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  2. Tienes razón: Dos seres que se convierten en uno, siguen siendo dos.
    Saludos van.

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  3. Muy bueno y enamorado, sin esa complicidad no veo yo el amor.

    Un abrazo, amigo

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  4. Esa complicidad debe ser como en los Tiempos del cólera: "un conjuro de alivio".
    Saludos van.

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