Cuando todos callaron sus voces
aventureras junto a la fogata que crepitaba en la oscuridad, el Bachiller
Pánfilo de Anciso, con ojos fulgurantes les dijo: de todos los encuentros
inesperados que tuve en esas tierras verdes, fecundas, avasalladoras e invisibles
para el resto de la cristiandad, recuerdo la noche que sentí en la
duermevela, bajo la hamaca en donde dormía, la presencia cierta y tímida de un
jaguar. Superado por la fuerte impresión, lo miré a los ojos y un despeñadero
de pensamientos vino a perturbarme. No me quedó duda que él, más entendido que mi
persona, al mirarme, comprendió nuestra azarosa cercanía. Por eso, como si
nada, me dio la espalda y, tranquilamente, se fue por donde vino.
Sencillamente inteson. Cada imagen en la brevedad del impacto de atrapar ¡Ingenioso!
ResponderBorrarHola Sherezade, mejor, Jennifer, qué sorpresa tenerte aquí. Un abrazo y gracias por tu amable comentario.
ResponderBorrarChao.
Los animales son sabios. El humano,con racionalidad, es muy inferior.
ResponderBorrarBesos a salvo.
Tal vez por eso, sea difícil nuestra convivencia con ellos.
BorrarY abrazos también a salvo.
Un perfecto relato, de unos ojos que se enfrentan al y abismo del otro, del alma del otro, por eso el jaguar se gira, eludiendo y evitando confrontación de cuerpos posible.
ResponderBorrarMuy bueno, de lo mejor que te he leído, amigo. Un abrazo
Que suerte tuviste Bachiller Pánfilo, de que su cálculo de posibilidades te diera alguna oportunidad.
ResponderBorrarAbrazos.
Ambos la tuvieron, pero la cautela fue buena consejera.
BorrarAbrazos Alfred.
Confío mucho en tus apreciaciones, amiga mía. Pero ya era hora que me esforzara.
ResponderBorrarAbrazos para ti.
La sabiduría se demuestra, no se declama.
ResponderBorrarSaludos,
J.
BorrarCompleto la frase: No basta saber, se debe también aplicar.
Saludo maestro.
Completo la idea: No basta saber, se debe también aplicar.
Saludos maestro.
Sin usar un castellano antiguo, reflejas muy bien el estilo de la época. Quiero decir que me creería que esto es un extracto de una crónica antigua. Y lo cuentas como si hubieras estado allí. Me gusta mucho
ResponderBorrarUn abrazo grande
Mi estimada Alís, como lo dijera el mexicano Sergio Pitol, (La escritura) es un juego secreto de aproximaciones y distancias. Es también una loteria.
BorrarGracias por tu valioso comentario. Ustedes deciden si debo cantar:¡Bingo!
Un animal muy sabio...... Saludos, cuídate Guillermo.
ResponderBorrarMe haces recordar las palabras de Aristóteles cuando dijo: El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
ResponderBorrarSaludos sanos y salvos.