La imagen colinda entre el silencio del recinto y el murmullo de la evidencia. De golpe, el tiempo se detiene. El abogado, mientras viaja por los recuerdos regresa al pasado y desempolva la prueba que presentó al jurado.
Veintitrés años atrás, vestido casi igual con un traje oscuro, corbata y un pañuelo en el bolsillo, entró a una sala del juzgado. Un recinto “sobrio y cuadrado” para armar el rompecabezas sobre la muerte de su defendida.
“Son balas de punta hueca que cuando entran al cuerpo se expanden para crear mayor daño”, explica. El silencio regresa a la oficina y solo se interrumpe con el chillido de una voz que al salir de una grabadora reproduce las palabras de la asesina antes de su arresto: "La maté por él y me condenaron a mí".
Muy fuerte. Pero tuvo la alevosía de buscar balas de explosión interna, no sé si puede justificarse :-)
ResponderBorrarUn abrazo desde acá
Dicen que no basta decir solamente la verdad porque conviene mostrar la causa de la falsedad.
BorrarUn efusivo abrazo.
Creo que estoy espesa porque no he entendido la historia. E igualmente hay frases que me cautivan, como "el silencio del recinto y el murmullo de la evidencia".
ResponderBorrarUn abrazo
Déjate cautivar del todo releyendo el texto que nos ocupa.
Borrarentre tanto, te envío un abrazo.
Me pasa como Alís, no acabo de entenderlo.
ResponderBorrarSaludos.