sábado, 16 de noviembre de 2024

¿Un café?

 


Elkin se acercó a la joven viuda mientras ella permanecía sentada mirando al vacío. Su mirada, aunque triste, no dejaba de destilar una fuerza contenida, una mezcla de furia y resignación. A su lado, las cenizas de su marido descansaban en una urna modesta, con la tapa ligeramente entreabierta, casi como si el difunto quisiera seguir observando la vida.

—¿Le gustaría aceptarme un café? —preguntó el hombre, con voz suave, pero firme.

Magreb lo miró, sorprendida por la pregunta, y luego, al notar su tono, una chispa de indignación brilló en sus ojos.

—¿Café? —repitió, con una sonrisa que más bien parecía una mueca—. ¿A usted le parece el momento adecuado para invitarme a tomar un café? Mi marido acaba de ser incinerado, y lo único que se le ocurre es hacerme una invitación a un café. ¿No le parece un poco… fuera de lugar?

Elkin, un tanto desconcertado, dio un paso atrás. Era un hombre de buena apariencia, con un traje a medida y una corbata que no hacía justicia al momento tan incómodo en el que se encontraba.

—Perdón, señora, no era mi intención ofenderla —dijo, levantando las manos en señal de disculpa—. Pero mi invitación es solo para usted, no para su difunto esposo.

La joven viuda lo miró fijamente, como si no pudiera decidir si debía reír o abofetearlo.

—¡Ah! ¡Ya veo! —exclamó, sin contener la ironía en su voz—. Entonces, ¿usted cree que en medio de mi dolor y mi llanto debo dejar las cenizas de mi difunto esposo aquí y tomarme un café con un extraño? ¿Es eso lo que me está sugiriendo? ¿De verdad no ve lo inapropiado de la situación?

El hombre tragó saliva, incómodo, pero no dio su brazo a torcer.

—No, no, claro que no —respondió rápidamente, sin querer meterse en más problemas—. Solo quiero decir que su marido, bueno, él no podría aceptar la invitación, ¿verdad? Pero usted sí. Quiero que sepa que lo mío es simplemente un gesto de cortesía. Algo ligero para… alivianar el ánimo, si me comprende.

La viuda lo miró en silencio durante unos segundos. Luego, con calma, recogió sus cosas, hizo la caja hacia un lado y se levantó. El hombre dio un paso hacia ella, dispuesto a disculparse nuevamente, pero ella no le dio la oportunidad.

—Bien —dijo ella, ya caminando hacia la cafetería del parque—. Le concederé el beneficio de la duda. Pero espero que no me vuelva a invitar a su «café» y me recuerde que «su difunto esposo» no tiene derecho a acompañarnos.

Elkin, ya sin palabras, la siguió. De algún modo, no podía dejar de pensar que, al menos por una vez, la joven viuda lo había hecho sentir como si el único muerto allí fuera él.

viernes, 8 de noviembre de 2024

En situación de riesgo

 


Cuando la noche dibujó sus propias sombras y las hizo escuchar con su silencio, un fantasma aterrado y sin tan siquiera ser capaz de poder flotar, se preguntó:               

—¿Dónde estoy? Y una voz ensordecedora que se elevó de una cripta respondió:

—Donde inmóviles dormimos y donde la luz nocturna nos hace desvelar. Pero, ¿de qué tienes miedo? ¿Acaso de verte como un cuerpo vacío?

En: Candelaria Radio. Tenerife, España. 

https://www.ivoox.com/historias-minimas-07-11-24-audios-mp3_rf_135718550_1.html?fbclid=IwY2xjawGfcDFleHRuA2FlbQIxMAABHYi6ApqjU8kCLIz2o1fDXJZ3Za3uisyz4MXSqA6Ueoo5hyVczTwPMqPNEw_aem_85U5ZQ08FuoCUuGOawTenQ

viernes, 1 de noviembre de 2024

Arritmia

Sin mirarme me preguntó que me había traído a consulta. Sin observar mi semblante escuchó el recuento de mi quebranto. Sin verificar mis signos vitales se limitó a escribir un nuevo episodio en mi historia clínica. Sus preguntas pronto fueron un largo reproche. Sin poner los ojos en mí, me informó de las ordenes de nuevos exámenes y de algunas medicinas. Con una despedida de buena tarde, me remitió a la recepción sin siquiera haber escuchado mi voz interior siempre clamando que ella es la causa del acelere de mi corazón.

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Microrrelato participante en: "Historias mínimas", sección de microficción del Programa radial "La Caracola" con Paola Tena en Candelaria Radio, Tenerife, Islas Canarias - España.  

Reproducir audio en: https://go.ivoox.com/rf/135224882

viernes, 25 de octubre de 2024

Escudero

 

—¿Queréis ser un Caballero?”.

—No entiendo vuestra pregunta—. En el momento más vehemente lo interrumpí para matarle un mosquito.

sábado, 19 de octubre de 2024

Antecedentes

 


La riqueza de Al-Hakam II se extendía hasta las puertas del desierto, donde se dominaba la ciudad de Sijilmasa, cabeza de las rutas caravaneras del norte africano con el rigor que ello suponía. Pero todo cambió tras la muerte del califa, quien había mantenido la unidad y la estabilidad del califato de Córdoba mediante expediciones militares y una fuerte administración. El reino se dividió en numerosos dominios independientes llamados taifas, cada uno gobernado por diferentes familias o facciones. Todos compitieron entre ellos por recursos, territorio, ideología y poder político. Lo que llevó a las taifas a una dependencia cada vez mayor de mercenarios y alianzas externas. Todo era tan confuso que los cronistas de la época, decidieron que los interesados encontraran los corchetes de esas revueltas en las páginas en blanco de los incontables y voluminosos libros escritos sobre esta tumultuosa época.

sábado, 12 de octubre de 2024

Cobrando vida

 


Al reconstruir el rostro de una chica que vivió hace nueve mil años en Tesalia, el arqueólogo forense tuvo la visión fascinante de cómo han evolucionado los rasgos faciales con el tiempo. Aquel rostro, de una muchacha de dieciocho años, era el único testigo de una era crucial en la evolución humana. Ahora, después de miles de años, por fin podemos ver cómo en su cara se percibieron los amaneceres de la civilización humana moderna, aunque ésta sigue en estado embrionario.

viernes, 4 de octubre de 2024

El brillo

 


¿Maestro cuándo nos vas a leer y hablar de poesía en la clase?

Te prometo que en la siguiente clase lo haremos. ¿Y ese interés por la lírica?

Ella escribe versos profe, hasta tiene un cuaderno lleno de poemas, se adelantó en decir una de sus compañeras.

El maestro guardó un inusual silencio al comprobar que no pudo resistirse al brillo de los ojos de aquella promesa que, sin poder evitar, se iluminaron en la oscuridad de su antiguo desencanto.