Aquel músico era un miniaturista en sus obras, casi siempre breves y de una música con cierta improvisación. Pronto, los críticos describieron su música como «delicada» e «íntima». Sin embargo, el compositor nunca dejó de advertir que tan solo era «un hombre de pocas palabras y un músico de pocas notas». Su tragedia fue amar más a las palabras que a quien lo inspiraba.
En todo arte siempre se esconde algo de tragedia. Saber qué hacer con ella es lo marca la diferencia.
ResponderBorrarSaludos,
J.
En efecto, ser diferente de lo que eres es la mayor tragedia. Saludos, gracias.
BorrarNo hacer caso a la fuente, es fallar en el mensaje.
ResponderBorrarSaludos.
Sino se puede discernir algunas opiniones, hay que seguir las (im) probables. Saludos, gracias.
BorrarAsí podrá componer sobre el desamor q que es una buena fuente de inspiración.
ResponderBorrarAbrazoo
El desamor, ese que debería olvidarse pronto. Saludos, gracias.
ResponderBorrarEso ocurre, amar más a las notas, musicales o filológicas, que a quien las causó.
ResponderBorrarMuy bueno. Un abrazo, amigo
Hay que amar lo que es digno de ser amado, digo yo. Un abrazo poeta.
BorrarPocas palabras que disimulaban su dolor, su tragedia. El arte siempre como salvación.
ResponderBorrarAbrazos Guillermo
El arte debe consolar al perturbado y perturbar al cómodo, según lo dijo Banksy
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