Cuando estaba en el parque del barrio Balboa, un señor se me acercó y me dijo: Hola, niño ¿quieres un helado? Yo le dije que no, pero él me cogió de la mano. Con dificultad pudo soltarme. Como pude escapé de aquel desconocido y corrí hasta mi casa. Él tan solo clamaba una inútil confesión: ¡Soy tu padre!
Josetp David Loaiza Cotrina.
Colegio Académico de Buga. Grado 7-3
Yo tampoco le hubiera creído.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Como decimos por aquí: Es mejor la seguridad que la policía. Saludos.
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