La gente en medio de los escombros busca sus casas. Muchos, al llegar frente a la suya, no pueden creer que su vivienda sea aquel montón informe de escombros. Lola, en cambio, siguió con su reflexionar colmado de luces y sombras. Ha comprendido que está atrapada en su propio presente, y que difícilmente podrá revelarse a sí misma y seguir siendo ella.
Mirar los escombros, de frente y sin evasiones, nos permite idear la reconstrucción... o la construcción de algo nuevo.
ResponderBorrarUn abrazo, Guillermo
Ese es el secreto, esa es la vida.
BorrarUn abrazo amigo.
Cuando no se tiene nada es más fácil volver a comenzar.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Cuando no se tiene nada, nada nos ha de detener.
BorrarSaludo a tus letras.
En ese presente Lola ya no es ella, tendrá que empezar de nuevo.... Saludos Guillermo.
ResponderBorrarTras los tropiezos es imposible ser los mismos, nos renovamos en el empezar de nuevo.
BorrarSaludos mientras escucho a la lluvia caer.
Es curiosa la posición de Lola entre tanta desolación. Pero sabia. Nada puede volver atrás.
ResponderBorrarUn abrazo grande
Mi estimada Mary Albada, sabios somos, sabios nacemos, otro es nuestro poceder ante situaciones como ésta.
BorrarMi reiterado abrazo en el tiempo para ti.
La obligación de reiniciarse.
ResponderBorrarUn abrazo.
Sí, alfred, es como usted dice, a todos nos asiste la obligación de volver a empezar, caminar sobre las vicisitudes.
ResponderBorrarUn abrazo amigo.