sábado, 13 de julio de 2019

Chiquito


Fue en una inusual madrugada, preñada de silencios y estrellas, que desperté pensando en ella. Le hablé, hablamos en el imaginario Bar Gijón, cerca de la playa de San Lorenzo.

Le referí mi abrupto despertar, mi tarea y me refirió otras cosas más que simulé entender, porque lo que realmente importaba era poder catar como suave vino ese acento inteligible suyo entre frases y expresiones que a esa hora, la suya allá y la mía aquí, estaban marcadas por el artesano del tiempo.

Reímos por momentos, por culpa de nuestras ocurrencias y por culpa de un lirón, pero cada vez más la escuchaba cerca, más cerquita de todos mis sentidos. Palabra va, palabra viene... dijo algo sobre el calor peninsular y yo del mío cuando en lugar de transpirar, suelo brillar.

Con pena, con pesar también, nos despedimos... fue entonces cuando escuché un singular "Adiós, chiquito". Ahí mismo empezó mi dulce tormento.

9 comentarios:

  1. Una palabra cariñosa a tiempo, puede despertar una ola de entusiasmo eterno.
    Un abrazo.

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  2. Cuando queremos encontrarlas, hallamos señales en todo o casi todo.

    Suena a una conversación próxima a esas que acaban con un eterno "corta tú", "no, corta tú"...

    Un abrazo

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    1. Tú lo has dicho todo sobre esa verídica caricia al oído. No hay que agregar nada, así fue.

      Mi abrazo te rodee.

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  3. Sí, Alfred. Así es. Fue con una sonoridad que supo ir más allá del entendimiento y cruzar por el ánimo matinal.
    Un abrazo amigo.

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  4. Qué lujo que la ciencia permita conversaciones transoceánicas, que nos permitan captar el tono del que habla, el sueño del que está insomne, tal vez.

    Bueno, por una tarde dominical de buenas conversaciones. Un abrazo grande, Chiquito :-)

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. En efecto Mary, casi todo es posible hoy en día, incluso lo que creíamos imposible.
    Pero sabes, añoro esos días en que uno acariciaba la idea de recibir esa carta que tanto tardaba en llegar a nuestro Apartado aéreo o en manos del cartero a nuestra casa, así supiéramos que horas antes habíamos llevado la nuestra a la oficina de correos.

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  7. Palabra cariñosa que en México se usa mucho y que hermoso es escucharla al despedirnos de quien nos quita el sueño. Saludos amigo.

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  8. No solo denota cariño, es muy sonora. Y sí, en unos castos oídos tiene efectos maravillosos.
    Saludos por tu México querido.

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