sábado, 15 de junio de 2024

Y, sin embargo, sucedió así

 


Teresa acaba de perder a su marido y vela el cadáver desde el anochecer. Sobre la rinconera hay un libro que la mujer hojea. Lee los párrafos subrayados por el esposo que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos viene a su mente donde la vida pugna para hacerse real otra vez, aunque llena de errores, torpezas y de pequeños goces e incomprensiones. Casi se escucha el discurrir de la inflexible mentalidad de la esposa. Otro hombre poco a poco va descubriéndose. Le duele que los hechos hayan pasado como hojea aquellas páginas donde quedó consignada la amarga sensación de que nada, nada de lo sucedido, podrá repetirse por la ineluctable culpa de aquellas cosas de las que no puede señalarse a nadie.

8 comentarios:

  1. Es la hora de hacer balance, incluso viendo lo que subrayó el difunto. E igual le duela menos la pena de perderlo, quién sabe.

    Un abrazo, amigo

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    1. Dicen que aunque la mente esté confundida, el corazón siempre sabe la respuesta. Un abrazo, poeta,

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  2. A veces, demasiadas, en las anotaciones sobre la vida, descubres lo deberías haber entendido antes.
    Saludos, amigo.

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    1. Tal parece que la vida no es idílica, pero aun así es increíble. Saludos.

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  3. Parte de la vida es esa maldita muerte que nos agobia en todo este tránsito de distintas maneras. Saludos.

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  4. La vida tiene sus mejores y peores momentos, eso es lo que nos agobia. Saludos por el Sur.

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  5. Está invocando al fantasma del marido. Que no es de los muy trigos limpios, parecer.

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  6. Por lo visto, ni siquiera alcanzó a ser una joyita. Saludos.

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