Cuando Franz
Kafka despertó una mañana convertido en un horrendo insecto, lo primero que
pensó fue si sería capaz de soportar todo lo que hizo sufrir a Gregorio Samsa en
favor de sus lectores. Aunque, viéndolo bien, Kafka no atormentó a Samsa, sino
así mismo, al no poder desatarse del martirio de tener que escribir su propia
historia.
Estimada Frau Milena:
Espero de ti dos cosas. La
continuación de tu silencio, lo cual significa: «No hay razón para preocuparse,
me va bastante bien.», O bien «No recuerdo tu rostro en detalle después de ver tan
horripilante figura en cama».
Afectuosamente Kafka.
Brillante, muy bien llevado. Y lo atemporal que acabó siendo su Metamorfosis.
ResponderBorrarUn abrazo, amigo
¿Será que lo atemporal tiene que ver con el mundo exterior porque es un reflejo del mundo interior? Un abrazo te dejo.
BorrarAhogado en su propia historia, solo podía esperar el rechazo que su figura despertaba.
ResponderBorrarUn abrazo.
Por eso es que seguimos leyendo a Kafka y asumiendo sus tribulaciones como propias. Un abrazo.
ResponderBorrarY creo que con una de las opciones sería suficiente. Preferiblemente la primera. La segunda sería un poco deprimente hasta para kafka.
ResponderBorrarAbrazooo
Como digas, para eso estamos atentos. Abrazo para ti.
ResponderBorrarImposible leer la Metamorfosis y no imaginar lo que sería despertar así.
ResponderBorrarAbrazo
Aunque siempre avasallados por nuestros complejos. Un abrazo de gratitud te dejo.
ResponderBorrarLa carta a Milena bien podría ser real...
ResponderBorrarSaludos,
J.
¿Esto es como un Kafka dentro de un insecto dentro de la memoria de Samsa?
ResponderBorrarVa un abrazo, Guillermo.