Solo porque el monstruo viva
dentro de mi cabeza no significa que sea irreal. Esta noche lo vas a comprobar.
No te preocupes por la oscuridad, sólo debes tener miedo, mucho miedo.
si ya empezamos teniendo miedo podemos ahorrarnos toda la parafernalia para provocarlo: la oscuridad, las capuchas y disfraces... la madre tampoco parece muy tranquila para haber sido la que ha convocado al monstruo. abrazoo
Suena como la promesa de algo inquietante, tanto como la pintura.
ResponderBorrarY seguramnete el monstruo será terrorífico.
Saludos.
La escena es inquietante, tanto como la inquietante atracción de lo irreal. Salud-os
Borrar¿Y si el monstruo dentro de nuestra cabeza somos nosotros mismos? A menos que...
ResponderBorrarSaludos,
J.
De acuerdo, nada podría haber más inquietante que imaginar lo que se esconde tras el silencio de uno mismo. Saludos.
Borrarsi ya empezamos teniendo miedo podemos ahorrarnos toda la parafernalia para provocarlo: la oscuridad, las capuchas y disfraces... la madre tampoco parece muy tranquila para haber sido la que ha convocado al monstruo.
ResponderBorrarabrazoo
Nada se evita cuando el creciente miedo va en dirección a su víctima. Saludos.
BorrarSi vamos con miedo, éste acaba por tomar forma.
ResponderBorrarMuy bueno. Un abrazo, amigo
Una forma como que la inquietante sensación de que algo o alguien nos vigila o que se ríe de nosotros. Un abrazo mi estimada Albada.
BorrarEl miedo atenaza, su forma la creamos, con el propio miedo.
ResponderBorrarSaludos.
Y de forma desfigurada también. Mi saludo.
ResponderBorrarTristemente cierto. Otro abrazo va para ti.
ResponderBorrarGreat blog
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ResponderBorrarThank you so much.
Si lo sientes es que existe.
ResponderBorrarUn abrazo.
Doña Chavela Vargas alguna vez dijo: Para creer, hay que sentir la necesidad de creer. Mi saludo desde Colombia te dejo.
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