sábado, 19 de noviembre de 2022

Lectores



En una línea del tiempo, San Ambrosio aprendió a leer en silencio; Diderot, se convenció de las propiedades terapéuticas de las novelas eróticas; Borges, con quienes estuvieran cerca a él. En cambio, Stevenson se negó a aprender a leer para no privarse del placer de escuchar a su niñera. Ante tantos lectores y experiencias, Chesterton concluyó que lo más extraño de los milagros es que ocurren.


4 comentarios:

  1. Un enigma que el mismo ingenio humano no resuelve del todo. Saludos.

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  2. El mayor de los milagros continúa siendo ese de que quedan personas que creen en sí mismas.

    Saludos,
    J.

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  3. En efecto, los milagro ocurren cuando creemos. Saludos.

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