Ricardo y
Milena, eran dos ancianos, que se conocieron en su juventud gracias a un
anuncio de amistad por correspondencia. Fue inevitable que se enamoraran a
pesar de la distancia que los separaba. Durante años cruzaron sus cartas con
promesas de amor y de encuentro definitivo. Cierto día apareció una enigmática
mujer que le anunció al viejo que, muchos años después de aquel momento, los
dos, serían mencionados en un cuento breve y extraño donde él recordará que, por
decisión de ella, nunca volverían a verse.
Ser adivino aquí sirvió como auto profecía
ResponderBorrarMuy bueno. Un abrazo
Sí, Tal vez sea una profecía influyente. Un abrazo.
BorrarY apareció si historia en tu blog.
ResponderBorrarSaludos afectuosos.
Hemos servido de instrumento divulgador. Saludo para ti.
BorrarY así nos dejas constancia.
ResponderBorrarSaludos.
Sobre lo que se escribe, queda constancia. Saludo, maestroAlfred.
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