sábado, 12 de octubre de 2024

Cobrando vida

 


Al reconstruir el rostro de una chica que vivió hace nueve mil años en Tesalia, el arqueólogo forense tuvo la visión fascinante de cómo han evolucionado los rasgos faciales con el tiempo. Aquel rostro, de una muchacha de dieciocho años, era el único testigo de una era crucial en la evolución humana. Ahora, después de miles de años, por fin podemos ver cómo era, aseguró, dado que en su cara se perciben los amaneceres de la civilización humana moderna, aunque sigue en estado de embrión.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Es, podríamos decir, es nuestra constante durante incontables centurias. Saludos.

      Borrar
  2. Podremos ver esos amaneceres, lo que nadie se pregunta es si deberíamos verlos...

    Saludos,
    J.

    ResponderBorrar
  3. Pienso que merecemos lo que tanto soñamos o anhelamos. Saludos.

    ResponderBorrar