Prefiero libros antiguos, con hojas besadas por el tiempo y desgastadas por el tacto de
otras manos. Los busco con marcas de grafito y tinta china. Con dedicatorias
al principio, que tengan flores marchitas entre páginas y recuerdos
olvidados. Todos con olor a papel viejo... Todos de indudable importancia y con el innegable derecho a tener en sus páginas un fantasma.
Libros con historia y personalidad, así también los prefiero.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Indudablemente son los mejores. Escasos y perseguidos. Saludos.
BorrarMe encantan los libros antiguos. Ya no escriben con el encanto de aquellos que siempre enseñan.
ResponderBorrarAbrazo.
Los libro, libros son. Otro asunto es la intención. Abrazos te dejo.
BorrarAh! Esos fantasmas que habitan en los libros, vigilantes eternos de que no caigan en manos irreverentes.
ResponderBorrarSaludos.
Esos fantasmas custodios son de los buenos. Saludos.
ResponderBorrarComo las casas encantadas. Tienen wue haber sido testigos de una muerte trágica de alguien que se resoste a morir, cuya alma se esconde en tre las páginas del libro. Imagino las peleas entre los libros de la biblioteca por alojar al fantasma. más incómodo que en una casa, pero bueno, es lo que hay.
ResponderBorrarTu, como J, Te has cambiado a los sábados
Abrazooo
Gracias por tus impresiones. Si has notado ese cambio es porque va de acuerdo a las circunstancias de tiempo. Agradecimiento por estar pendiente siempre de una nueva publicación. Queda el abrazo puntual.
ResponderBorrarCuantas historias nos cuentan de sus lectores, aquellos libros antiguos, con paginas marcadas, frases a veces subrayadas o recuerdos escondidos entre sus hojas.
ResponderBorrarAbrazo
Tú lo has dicho. Un abrazo te dejo por aquí.
BorrarBella imagen nos entregas. Un texto bien sensorial, inmersivo, incluso medio gótico. Me gustó. Va un abrazo, Guillermo.
ResponderBorrarQué bueno que te halla gustado. Va otro abrazo para ti.
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