sábado, 10 de septiembre de 2022

Intrusos

 



Sin descargar las compras del supermercado abrí la puerta. Uno de los peces espera al lado de una estrella de mar rocosa, pero al darse cuenta que soy yo y no mi exnovia, su dueña, se da la vuelta batiendo sus dorsales rojos y azules y desaparece de mi vista. 

Ingreso al apartamento y cierro la puerta. Coloco las bolsas sobre una mesa y ojeo La hora del diablo de Pessoa. Descanso, pero me siento incómodo, como si fuera cometer un delito. 

Limpio la pecera, le echo el alimento granulado y reviso la temperatura del agua, tal como me dejó escrito. Como si fuera poco, mi exnovia me ha pedido que les hable con ternura, esa es la parte del favor que me hace sentir ridículo.

Voy a su cuarto y me siento en su lecho, recuerdo algunas escenas íntimas; también pienso en que es feliz al lado de su nuevo amor. Seguro disfrutan su mutua compañía. Hago lo propio de un intruso, doy una mirada por la habitación. Hay un canasto artesanal donde deja la ropa que se quita, es el mismo que le regalé cuando fuimos a Boyacá. Sobre el canasto hay un calzón. ¿Es nuevo?, no recuerdo habérselo visto, tal vez se lo dio quien ahora la acompaña por el parque Tayrona en estas tediosas vacaciones. Los peces neón siguen en su actitud de indiferencia. Voy al canasto de fique. Tomo la tanguita, la llevo a la nariz: huele a ella, es un olor almizclado. Tengo una erección. Recobro la  calma cuando abro los ojos, los peces sin poder contraer sus pupilas me miran. No puedo pedirles discreción porque yo no la he tenido.

6 comentarios:

  1. Los peces se limitan a aceptar la comida.

    Saludos.

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  2. ¡Ajá! Mirar y comer requieren de mucho cuidado. Saludos.

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  3. Los peces, qué de cosas sabrán de la exnovia. Pena que sean tan callados.

    Un abrazo, amigo

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    1. Vale más saber alguna de casi de todo, que saberlo todo de una sola cosa. Saludos y gracias por tu comentario.

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  4. Muy buen relato, Guillermo. Me parece muy visual. Cuanto le gusta al ser humano fisgonear, es algo que va en nuestra naturaleza voyeur.
    Saludos.

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  5. Hola, Guillermo! Estupendo relato que transmite esa nostalgia que causa el desamor en el protagonista y que está presente en todo el texto. Saludos!

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