sábado, 16 de enero de 2021

Lunas

 


El pregón no se hizo esperar como música de fondo de la calle: ¡Espejos, espejos, espejos, diez mil mensuales! Raquel levantó la cabeza para que resonara en sus oídos aquel eco repentino que la hacía sentir como si deambulara por el interior de su cuarto. Recogió sus cabellos de humo y buscó sus ojos para volver a llorar. No tiene vida desde el día en que su alma quedó atrapada en los siete pedazos de vidrio de lo que fuera su regalo de bodas. ¡El espejo no sabe mentir, lo que le preguntan ha de decir!, alentó el pregonero, ¡Ya me voy, compren, compren espejos porque no volveré a pasar! Ella salió al balcón decidida a revivir los recuerdos disueltos en las brumas del tiempo. El pregonero al verla en lo alto soltó un gracejo: No es lo mismo llamar que ver. Y la mujer, sin perder tiempo le gritó: ¡El abismo también mira dentro de ti!

9 comentarios:

  1. Sentenciados quedan los dos.

    Saludos.

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    1. Sentenciados por la misma experiencia como dijera don Quijano.
      Saludos.

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  2. Ambos, en esa lid contra la muerte. Muy bueno.

    Un abrazo, amigo

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  3. Una lucha contra sí mismos.
    Una abrazo grande , amiga.

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  4. Pensé en dos espejos contrapuestos, reflejando sin fin un abismo que, en realidad, es el que nos habita.

    Un abrazo grande

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    1. Sí señora: Los insondables abismos del ser.
      abrazos y saludos.

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  5. Tal parece no tenemos escapatoria
    Abrazo de mi parte.

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